Las ratas solo tienen incisivos y molares, careciendo completamente de caninos y premolares. En vez de estos, entre incisivos y molares tienen un gran hueco llamado diastema. Tienen un juego de dientes en toda su vida (monofiodoncia).
Las ratas pueden morder muy fuertemente (500 kg/cm2) ya que la sujeción de los músculos que mueven la mandíbula arriba y abajo están lejos de la nariz. Uno de estos músculos pasa a través de la cuenca del ojo, por detrás del globo ocular, por ello, cuando las ratas rechinan los dientes con fuerza, podemos ver que los ojos parecen salírseles de las órbitas.
La articulación entre las dos mitades inferiores de la mandíbula (sínfisis mandibular) no está fundida, pero está formada por tejido fibroso, que permite el movimiento de las dos partes de ésta, lo que permite a las ratas separar sus incisivos inferiores.
Incisivos
Los incisivos son los dientes que aparecen en primer plano en los mamíferos. En las ratas son los cuatro largos y afilados dientes que se encuentran en la parte exterior de la mandíbula. Los superiores son más cortos y amarillentos que los inferiores, midiendo aproximadamente 4 mm de largo y 1’5 mm de ancho, mientras que los inferiores miden aproximadamente 7 mm de largo y 1’2 de ancho.
Erupcionan a los 8-10 días después del nacimiento. Están especializados en roer y tienen la raíz abierta, lo que hace que estén en constante crecimiento. El ratio de crecimiento es muy alto: los incisivos superiores de una rata adulta crecen alrededor de 2’2 mm por semana (0’31-0’32 mm por día) y los inferiores crecen alrededor de 2’8 mm por semana (0’4 mm por día). Tardan en renovarse totalmente (de la raíz a la punta) unos 40-50 días. Éste rápido crecimiento hace que los incisivos no sufran caries, ya que la zona cariada se renueva rápidamente. La tasa de crecimiento varía debido a diferentes circunstancias. Si una rata tiende a roer sustancias duras y, por lo tanto, desgasta sus incisivos rápidamente, éstos crecerán más rápido para compensar (más o menos 1mm por día). Si los incisivos superiores e inferiores no casan adecuadamente (maloclusión), no se desgastarán de un modo normal y crecerán desproporcionadamente.
Son de color amarillento, aunque comienzan siendo blancos. A los 21 días los superiores comienzan a tintarse de amarillo. A los 25 días los inferiores comienzan a colorearse, siendo los superiores totalmente amarillos. A los 38 días la coloración es más intensa, aunque la parte superior estará más coloreada que la inferior. En las ratas adultas, los incisivos superiores serán de color amarillo-anaranjado y los inferiores serán de color amarillo.
Esta coloración se debe al esmalte. Los incisivos de las ratas solo están esmaltados por la parte frontal; por esto, cuando las ratas roen y rechinan los dientes, los dientes superiores desgastan la dentina de los dientes inferiores y al contrario. Este esmalte es realmente duro, llegando a un 5’5 en la escala de dureza de Mohs.
Molares
Los molares son los dientes que se encuentran más al fondo de la boca y que se utilizan para triturar la comida antes de tragarla. Las ratas tienen tres juegos de molares (12 molares en total; seis en la parte superior y seis en la inferior).
Los molares de las ratas son iguales que los molares de los demás mamíferos, aunque también tienen la raíz abierta. El primer juego de muelas erupciona a los 19 días después del nacimiento; el segundo a los 21 días y el tercero a parece a los 35-40 días. A los 125 días frenan su crecimiento considerablemente, aunque siguen creciendo, pero a un ritmo tan lento que es casi imperceptible.